Praxis en América Latina

Somos una organización humanista marxista conformada por un grupo de activistas-pensador@s que viven principalmente en México, pero que están abiert@s a la colaboración con compañer@s de toda América Latina

Mujeres contra el machismo en la UNAM: “Estaremos en paro hasta que la dignidad se haga costumbre”

Foto cortesía de Fernanda López

Entrevista de Irina y Haranda Zurco (Praxis en América Latina) a jóvenas de la Facultad de Filosofía y Letras

Jóvenas: El paro [de labores] en la Facultad de Filosofía y Letras (FFyL) de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) fue una determinación de las mujeres estudiantes [ante] el aumento de la violencia de género y la intensificación del machismo estructural. La violencia de género que se vive en la facultad [abarca] violaciones, agresiones físicas en salones, feminicidios como el de Lesvy, desapariciones como la de Mariela, sistemática violencia psicológica y permanente inseguridad. Emplazamos [por un término de] 12 horas [exigiendo] la destitución de directivos que tienen demandas por acoso y [de sus] encubridores, [también] de la abogada de la Unidad de Atención a Víctimas de Violencia (UAVV) [debido a su] carencia de perspectiva de género. [Fue un detonante] la lesbofobia de las autoridades, [que] eliminaron el mural del Beso de La Victoria Alada y Atenea [y] la plática [impartida] a los estudiantes de primer ingreso por la abogada.

Todo [este movimiento] empezó por la fes (Facultad de Estudios Superiores)-Cuautitlán. Tomaron [las] instalaciones un semestre antes que nosotras. Psicología fue la primera separatista. Desde años pasados, se realizaron asambleas inter-unam e intermujeres para hacer un protocolo de género. Se hicieron mesas de trabajo para presentar [el protocolo] a los directivos.

El 4 de noviembre nosotras exigimos una disculpa pública por [parte] de las autoridades de la facultad por eliminar el mural, la renuncia de la maestra Amparo Yadira Coronado, abogada de la UAVV, y en caso de no cumplir, [advertimos que] extenderíamos la toma [de la facultad] hasta no ver resueltas [nuestras exigencias].

El 5 de noviembre dialogamos con el director Linares, quien es encubridor y amigo de Arteaga. Dice que hay un protocolo de género en internet. Lo único que ha cambiado [son] las periodicidades. [Están] las denuncias [y] no hacen nada [por atenderlas], las borran, las altera el abogado general. ¿[Es éste] el humanismo que pregona [la FFyL]? Se hace llamar humanista y la mejor universidad de Latinoamérica. Para mí no [basta] lo académico. [Hay] que atender lo personal.

¿Qué es el machismo?

El machismo es una construcción [que valida el hecho de] que las personas del sexo masculino ejerzan violencia; involucra también a las mujeres que la ejercen. En la FFyL esta violencia [se da a través de] manipulación, se [instituye] en la misma educación. La abogada [anterior de la facultad], Socorro, sí estaba haciendo su trabajo. El abogado general y el director la inhabilitaron pues [éste está] implicado en encubrimiento.

Hay mucho [machismo] en [las] formas de expresión de poder; hay discursos en la lucha feminista por la igualdad que [equivalen a] inferiorizarnos, supeditarnos al otro, [lo cual revela el hecho de] querer ser como el [poderoso], no ser una misma. [Así], las jerarquías [imponen] la supresión [de lo femenino].

El machismo es el mismo en [toda] situación social. Desde pequeñas nos enseñan a ser sumisas las propias madres, desde impedir alzar la voz. [La alzo] y me dicen “¡No grites!” En las aulas, los varones dan su voz seguros, y [al dar nosotras nuestra propia voz], resulta [que somos] altaneras y no nos sentimos seguras de dar nuestra opinión. La violencia es estructural:

Hermana yo te creo
Hermana yo te cuido
Ésta es tu manada
El sistema no te cuida
Sólo nosotras en la UNAM podemos creernos y abrazarnos
El sistema nos ha hecho resistir
Nos ha tratado de invisibilizar
Existimos porque resistimos
Si no nos nombramos nadie nos va a nombrar
La historia queda atrás
Estar aquí de todos los lugares de donde venimos
Nadie lo va a hacer por nosotras

El machismo es fruto del patriarcado de un sistema [hegemónico], de una sociedad de opresión; nos permea desde diferentes niveles [y] a todas. Estamos, sin darnos cuenta, alimentándolo. Permea las resistencias. El violentador es [generalmente] una figura de autoridad o un hombre. Es una forma de dominación de un sistema social.

En la comunidad lésbico-gay (LGBT), a las lesbianas se les invisibiliza [y se les estigmatiza desde el] sexismo, mientras que el hombre [siempre] es protagónico, sea homosexual o bisexual. Estaremos aquí hasta que la dignidad se haga costumbre. [Somos] la continuación de nuestras ancestras, [ellas] han sufrido violencia desde siempre. Nosotras resistimos por las que no están, por nosotras y por las que vienen.

¿Qué respuesta han tenido?

[Es insuficiente] el Protocolo contra la Violencia. En la primera [agresión contra una mujer] no [se sanciona] al agresor. A la segunda se le envía a terapia; [lo] suspenden una semana pero no hacen más. Te pueden expulsar por chelear pero nunca por violar. [Compañeras] tuvieron que dejar la universidad por eso. Como mujeres organizadas tuvimos que tomar la Facultad. La respuesta machista se ve en que [es] a ella [la abogada] a quien destituyeron. No solucionan el problema y siguen usando a mujeres [para mantener la violencia]. Dimos [el plazo de] 12 horas para destituir al secretario Arteaga, [que] es acosador de alumnas de teatro. [Sin embargo], niegan que haya casos no atendidos de mujeres, cuando hay muchísimas denuncias. Se pueden mirar en el hashtag #IgnorasteMiDenuncia.

 ¿Por qué se dicen separatistas?

Separatismo es una necesidad organizativa y política [que desarrollamos] desde la experiencia de estar en el propio espacio de mujeres, sin hombres, [porque] hemos sido violentadas, porque su discurso es violencia de género que mata y [los hombres] no comprenden por qué la viven. Durante la toma de la facultad [hicimos] la pinta de murales como una forma de apropiación y recuperación de espacios. Las actividades son de carácter separatista, aunque el paro es mixto. Pocos hombres asisten al paro [sólo] para apoyarnos en el control del acceso a la facultad, en la logística [y en] labores de limpieza y cocina. Nos reservamos el derecho de no permitir la entrada de militantes de organizaciones [en cuyas filas hay agresores]; [tampoco] de agresores, denunciados o no, directores o afines [a ellos], con la finalidad de crear un espacio seguro y digno para estudiantes universitarias.

Los grupos políticos institucionales [con agresores de género] son responsables. [El problema] es la seguridad [de las personas]. Resulta incongruente que la misma autoridad violentadora [sancione a los violentadores]. Ser militante o profesionista no exime de ser violador.

Las mujeres organizadas no son rechazadas por la comunidad, sino porque [al estigmatizarlas] las autoridades agresoras, encubren el problema de la violencia de género al interior de la institución [con fines de control político].

 ¿Qué resultados han tenido?

Siguen [sin respuesta] nuestras exigencias, crece nuestro movimiento. Hoy demandamos la expulsión de maestros con denuncias de agresión sexual y la inclusión de los miembros de la comunidad LGBT, transgénero [y todo tipo de minorías sexuales] en la modificación del trabajo de género; nos hemos abierto a que toda la comunidad participe en la elección de la nueva abogada de la uavv, responsable de las denuncias de violencia de género.

Mónica González Contró, abogada general de la UNAM, comentó que el incremento de las denuncias es de más de mil por ciento en menos de dos años, debido a la existencia de un protocolo, y también por el ambiente social que permitió que las personas tomen conciencia de lo que es un acto de violencia de género.


Las jóvenas en paro en la FFyL crean un espacio libre de machismo, donde construyen y proyectan nuevas formas de relación humana. De ser mujeres desposeídas de espacio y discurso propio devinieron en artífices de su espacio, su discurso y de un nuevo sentido de vida. Ellas, al dignificar su condición de género, están luchando por la dignificación humana. En su automovimiento descubrieron la certeza de poder que da la resistencia organizada y, desde su visión, no sólo restituyen el carácter que define lo humano, sino que imaginan practicarlo y extenderlo a todo el género humano. Instaladas en su necesidad de asumirse como sujeto histórico, las jóvenas estudiantes y miembr@s de la comunidad LGBT en paro de la FFyL en defensa de su integridad e identidad de género y en contra de la violencia machista, intransigentes en su “no” a toda medida que degrade su dignidad humana, se han convertido en protagonistas que reclaman su lugar en la construcción de un cambio que dé paso a la transformación y humanización de la sociedad entera.

De Praxis en América Latina núm. 29, diciembre de 2019-enero de 2020

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