Asamblea Oaxaqueña en Defensa de la Tierra y el Territorio: una nueva organización de lucha a nivel estatal. ¿Puede ésta desarrollarse sin una filosofía de la revolución?
J.G.F. Héctor
Como parte de las Jornadas en Defensa del Territorio y la Madre Tierra “Samir somos todas y todos”, diversas organizaciones y comunidades de Oaxaca llevaron a cabo el pasado 22 de febrero la Asamblea Oaxaqueña en Defensa de la Tierra y el Territorio, a la cual tuve oportunidad de asistir como miembro de Praxis en América Latina.
Después de las palabras de apertura, en las cuales se dejó en claro la oposición total a los megaproyectos del gobierno de López Obrador y la necesidad de acordar acciones conjuntas para seguir resistiendo a ellos, representantes de tres comunidades tomaron la palabra para hablar sobre sus luchas. Una de estas comunidades fue Capulálpam de Méndez, que después de un proceso legal de más de cinco años, finalmente obtuvo la sentencia de un juez cancelando todas las concesiones mineras en su territorio.
A nombre de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) de Guerrero, invitada especial a la asamblea, el vocero y promotor Gonzalo Molina compartió brevemente su historia de resistencia. Reproducimos a continuación parte de su testimonio:
“Estamos llevando a cabo un proyecto de vida”
“Nuestra CRAC surge a raíz de la ola de violencia que estaban sufriendo nuestros pueblos y comunidades indígenas. Los compañeros no aguantaron y se organizaron. Entregaban [a los delincuentes] a las autoridades judiciales, pero más tardaban en llegar a su casa [que en lo que] esas personas [eran] liberadas. Por eso se decidió que fueran detenidos en la comunidad y ahí llevaran su proceso. Ya no íbamos a entregarlos a las autoridades, cosa que causó muchas controversias, hostigamiento, muertes a nuestros compañeros.
”Se logró una ley, la Ley 701, que ampara a nuestros pueblos y comunidades indígenas allá en el estado de Guerrero. En 2011 fue reconocida nuestra crac como institución. [Pero] aunque no tuviéramos esa ley, nuestros pueblos y comunidades indígenas pueden hacer seguridad y justicia basados en los usos y costumbres, no sólo en Guerrero, sino en Oaxaca, Chiapas, etc. En todos los estados pueden hacerlo porque tenemos el Artículo 2 de la Constitución y el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Por eso ustedes pueden hacer seguridad y justicia. Pueden formar sus policías comunitarias y no estarían fuera de la ley.
”Al detener nosotros a sicarios, a secuestradores, en sus declaraciones dijeron ellos estar trabajando con las autoridades municipales, estatales y hasta federales. El [entonces] gobernador Ángel Aguirre Rivero envió al ejército, a la [policía] ministerial, y todos juntos tomaron nuestra Casa de Justicia y liberaron a 92 personas que estaban en proceso de reeducación. A nosotros nos detuvieron. Más de 35 compañeros [fueron llevados a] la cárcel. Más de cinco años y medio estuve preso.
”Cuando llegamos a las comunidades, el pueblo nos recibe porque estamos llevando a cabo la producción, la salud, la educación. Lo hacemos como un servicio social a la comunidad. No estamos cobrando ni un solo peso. La columna vertebral es la reeducación, quitarnos esas ideas que nos ha metido el capitalismo y adquirir esas ideas de servicio a la comunidad, de defender la vida, la naturaleza, los árboles, porque todos somos parte de un todo.
”Tenemos que luchar tanto legal como políticamente. No descuidemos ninguna cosa. Queremos una unidad, una unidad de hechos, no de palabras. Somos buenos en las movilizaciones; vamos miles, miles, pero [hay] pocos en la organización. No estamos organizando. ¿Por qué no estás organizando a tu barrio?
”Nosotros estamos llevando a cabo un proyecto de vida. No sólo abarcamos la seguridad y la justicia. Estamos abarcando la producción. Tenemos que producir nosotros desde nuestro calzado, nuestro vestido, nuestra alimentación, nuestras medicinas, nuestros abonos, nuestros insecticidas. Todo lo tenemos que producir. Tenemos que consumir cosas sanas, producir sano, empezando desde ahí. Buscar medicinas alternativas, todo eso. [Contamos con nuestras propias estaciones de radio], pero se descompone un transmisor y te cuesta dinero, y no tenemos.
”No se crean de ésos que dicen que ahora sí va a haber un cambio. Esas autoridades le sirven al capitalismo. Tenemos que organizarnos. Necesitamos el apoyo de ustedes, de las organizaciones sociales de otros estados para poder continuar nuestra pequeña labor y poner nuestro grano de arena para la construcción de una sociedad más justa. Ésta no nos sirve. Está en peligro la humanidad”.
Profundizando la autonomía
En Oaxaca, muchas comunidades indígenas se rigen por el sistema de usos y costumbres, el cual reconoce su derecho a administrar su territorio y los recursos generados tanto por ellas mismas como los que les corresponden del presupuesto federal. Esto está plasmado en la propia Constitución estatal, la cual refleja en este punto la tenaz historia de lucha de los pueblos de Oaxaca por su autonomía. Capulálpam y otras comunidades han hecho de esta figura jurídica un instrumento de lucha. Al referirse no sólo a esta legislación específica, sino al derecho nacional e internacional de los pueblos indígenas por gobernarse a sí mismos, el vocero de la CRAC está exhortando a las comunidades de Oaxaca a tomar las riendas de la autonomía en todos sus ámbitos.
Un punto de reflexión aquí sería justamente sobre los límites del sistema de usos y costumbres, que si bien les garantiza a las comunidades la posibilidad de elegir sus formas de gobierno y la distribución de sus recursos, sigue existiendo dentro del marco del Estado y la producción capitalistas. Esto se manifiesta, por ejemplo, en la carencia de medios propios, expresada por el vocero de la CRAC, para reparar un transmisor. No decimos esto para echar por tierra las infinitas ventajas de esta forma autónoma de gobierno, sino sólo para ser conscientes de los límites y las tareas por realizar en la búsqueda de una autonomía más plena, global, no reducida a unas cuantas comunidades específicas. ¿Podría ser ése el “proyecto de vida”, de nueva sociedad al que se refiere el vocero de la CRAC? Si es así, ¿cómo se construye? ¿Sobre qué principios emancipadores?
Un segundo punto de reflexión es la participación política de las mujeres en las comunidades. De los cerca de diez representantes que tomaron la palabra en la inauguración y en la mesa de compartición de experiencias en la asamblea, sólo uno de ellos era mujer, lo cual habla de la importante labor y visión de liberación que los movimientos deben desarrollar aún al interior de sí mismos para acabar con la división sexual del trabajo y dar origen, desde sí, a nuevas relaciones humanas.
Teoría y práctica
Concluida la compartición de experiencias, la asamblea se dividió en cuatro grupos para discutir propuestas de acción que luego serían llevadas a una sesión plenaria general. Éste fue el punto donde la asamblea se fue a la deriva, ya que las propuestas, o bien fueron demasiado generales, o bien giraron exclusivamente en torno a actividades “concretas” como manifestaciones o fechas para una siguiente reunión. De esa manera, teoría y práctica quedaron separadas, la primera en la forma de “reflexiones” inesenciales para la acción; la segunda, en la de actividades carentes de un sentido emancipador pleno. ¿Cómo reunificar a estas dos dimensiones de la liberación?
Esto sólo puede lograrse, a nuestro entender, mediante la presencia explícita, al interior de los movimientos, de una visión dialéctica de la emancipación humana. Ésta tomaría la forma no de un “espacio de reflexión” ajeno a la vida práctica de una lucha, sino de una filosofía/metodología que determinaría y les daría sentido pleno a las acciones de la misma. Es justamente a esta actividad teórico-práctica, a esta praxis, a la que nos referimos cuando hablamos de la urgencia de recrear una filosofía de la revolución en permanencia para nuestros días.
Se forma una nueva organización
En su Declaratoria final, además de acordar las fechas para su segunda reunión y para una acción masiva de protesta, la Asamblea se constituye a sí misma como una nueva organización que buscará conjuntar los esfuerzos de los pueblos de Oaxaca para la defensa del territorio. Ésta es una decisión bienvenida y apoyada. De hecho, en la intervención del vocero de la CRAC, éste ya había apuntado con acierto la insuficiencia de las acciones masivas y la necesidad de la organización: “Somos buenos en las movilizaciones; vamos miles, miles, pero [hay] pocos en la organización. No estamos organizando. ¿Por qué no estás organizando a tu barrio?”
Pero es posible y necesario ir aún más allá. Nuevamente, sin la presencia de una concepción dialéctica de la emancipación como fuente de su automovimiento, toda organización, aun cuando es horizontal, corre el riesgo de quedarse en su mera estructura, en su forma, o bien en un anhelo de unidad que nunca llega a consolidarse.
Asimismo, si bien hay un claro rechazo a “la visión de ‘desarrollo’ del capitalismo neoliberal y de los gobiernos en turno, [ya que] es totalmente opuesta a nuestra forma de vida”, esta posición anticapitalista puede verse maniatada si no es desarrollada en su momento positivo, es decir, en la visión y concreción de la sociedad que queremos construir una vez superado el capital. La filosofía de la revolución en permanencia es una “guía metodológica” para no separar estos dos tiempos de la liberación: la negación del sistema actual y la creación de uno nuevo. ¿Es posible poner la dialéctica dentro del orden del día en nuestras asambleas, foros, encuentros, etc.? Ésta sería la única manera, a nuestro entender, de dar un nuevo paso adelante en la lucha histórica de la humanidad contra el capital.